Pablo Guitián Sarria nace en 1987 en Cádiz, Andalucía, España.Desde muy temprana edad, debido a la influencia de sus familiares mas directos, tiene su primer contacto con la navegación a los cinco años, en el antiguo Club polideportivo Cádiz, que mas tarde se trasladaría a lo que es hoy en día el Centro Náutico Elcano.
Residió hasta los 20 años en su bahía, ahí es donde consigue importantes éxitos autonómicos en la categoría infantil y juvenil, hasta llegar a los más alto nacionalmente en esta última categoría.Su brillante trayectoria le proporciona la oportunidad de marcharse a Santander,becado por la Real Federación Española de Vela en el prestigioso Centro de Alto Rendimiento Principe Felipe.” es algo que costó grandes sacrificios”, asegura el deportista gaditano, quien manifiesta que fue  en la ciudad Cántabra, rodeado de deportistas, donde alcanzó la madurez profesional y personal que luego le permitirá añadir a su palmarés los extraordinarios logros que conseguiría más adelante.
Pablo hace su primera preparación olímpica con edad juvenil sin descuidar la faceta académica, compaginando entrenamientos con clases y exámenes.
En 2009, gracias a sus resultados en las diferentes pruebas de selección, parte a ser un nuevo integrante en el equipo pre-olímpico español de vela cosa que según sus palabras,” le llena de orgullo”, dónde lucha codo a codo con los demás españoles para ganarse la única plaza para los juegos olímpicos de Londres,donde se queda a las puertas quedando segundo en el ranking Nacional.
Después de haber conseguido grandes éxitos en la clase Laser, a nivel autonómico y nacional dónde llega a los más alto varias veces, y internacional, dónde como resultado mas destacado es su séptimo puesto en la Copa del Mundo en Palma de Mallorca, decide que debido a sus condiciones físicas necesita un cambio de clase,a la denominada Finn, dónde la exigencia física,mental y tecnológica es total.
Para ello va a intentar hacer la mejor y más dedicada preparación olímpica de cara a los juegos olímpicos de Rio de Janeiro, donde no dejará ninguna cabo sin atar , ni ninguna gota de sudor sin
caer.